9 de mayo de 2008

PARA VESTIR SANTOS

Un frío día de invierno, lo vimos de lejos. Jugaba feliz entre la nieve con gracia y energía. Este prospecto de marido poseía todas las cualidades hace tiempo buscadas: estatura, viveza, simpatía, inteligencia y por supuesto fogosidad sexual, como se pudo constatar.

Sin dudarlo, nos dirigimos hacia donde estaba y en cuestión de minutos después de hablar, mostrar las fotos que teníamos de ella e intercambiar teléfonos, el matrimonio quedo arreglado.




La muy muérgana esperó hasta la primavera para estar a tono. Por un momento pensamos en una precoz menopausia, pues se tomo mucho más tiempo del que debía.

Leyendo acerca de tema, contando días, observando cambios físicos y de conducta, se determino la fecha del tan anhelado momento.







Intento fallido. Todo se redujo a intensos pero a la vez, inofensivos escarceos, a pesar de nuestra paciencia y los esfuerzos de seducción de Píxel, al que según sus dueños, no se le había escapado hasta ahora ninguna.

Lástima que la primera fue Conga, quien fue definitivamente la culpable, muriéndose de ganas…. ella también.


Anécdotas, fotos y comentarios de nuestra nueva vida en Canadá